En medio de crisis globales, destaca la necesidad de facilitar, no solo subsidiar, a las empresas mexicanas. La "desglobalización" se presenta como una oportunidad estratégica, especialmente para México con su proximidad a Estados Unidos y recursos naturales.
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En medio de los desafíos económicos generados por la pandemia de Covid-19 y los conflictos geopolíticos a nivel mundial, la atención se centra en la necesidad de que México y sus entidades federativas generen condiciones propicias para que las empresas no solo sobrevivan, sino que también prosperen. Roberto Albisetti, economista y exdirector de la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial para México y Centroamérica, comparte una perspectiva clave: las empresas no solo requieren subsidios, sino facilitación. Desde su experiencia internacional, Albisetti destaca la importancia de facilitar la modernización, reducción de costos e innovación para las pequeñas y medianas empresas. En este contexto, la "desglobalización" emerge como una oportunidad estratégica. Este fenómeno, diseñado para evitar la concentración de proveedores, puede ser aprovechado de manera única por México, dada su proximidad con Estados Unidos. El asesor financiero enfatiza que México, como país industrializado con abundantes recursos naturales, tiene un elemento de competitividad excepcional. Enfocarse en favorecer la agregación de pequeñas y medianas empresas permitiría no solo su supervivencia, sino su fortalecimiento a través de la modernización y la adopción de prácticas innovadoras. Albisetti, durante una master class en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) sobre "Los cambios del entorno económico por las crisis pandémica y geopolíticas", resalta la necesidad de que el gobierno mexicano genere las condiciones propicias para que las empresas aprovechen esta "desglobalización". La proximidad con Estados Unidos, sumada a los recursos naturales del país, ofrece una ventaja competitiva que, según el experto, debería canalizarse hacia la creación de valor. Mirando hacia el futuro, Albisetti prevé que en 2024 persistirán los efectos de las crisis, manifestándose en elevada inflación y el aumento de las tasas de interés. Sin embargo, subraya que, a pesar de estos desafíos, México puede capitalizar sus recursos naturales, especialmente en sectores como la energía y la minería, para impulsar el desarrollo económico. La industria mexicana, se encuentra en una posición estratégica para beneficiarse de estas iniciativas. Al facilitar la modernización, reducción de costos e innovación, el gobierno y las empresas pueden trabajar en conjunto para fortalecer el tejido empresarial, contribuyendo así al crecimiento sostenible y la creación de valor en el panorama económico actual. |
